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Para una (im)posible ontología del género: representaciones, reflexiones y praxis en mujeres transexuales*
Alberto Torrentera**
El presente ensayo se conforma de tres apartados. El primero desarrolla los conceptos de representaciones y reflexiones, asociadas con las prácticas, de mujeres transexuales en la Ciudad de México. Tomo de Hegel el concepto de representación entendido como elaboración del pensamiento que recurre a elementos sensibles para su generalización. La reflexión es entendida como una actividad del pensamiento que busca la universalización de su contenido.
En las mujeres transexuales son frecuentes representaciones que aluden a la delicadeza y ternura femeninas, y el vínculo no explicitado con una esencia natural que otorgan las hormonas. Las reflexiones sobre lo femenino problematizan sus propias representaciones. Señalan que no encuentran o debieran encontrar diferencias en los espacios sociales que ocupan hombres y mujeres, de modo que desconocen un espacio tradicional asignado a ellas. Respecto a los elementos naturales, en las representaciones no hacen diferencias con las mujeres “biológicas” o incluso se consideran a sí mismas tales, pero en las reflexiones sobre su condición establecen dos ámbitos claramente diferenciadores y que son, precisamente, biológicos: la menstruación y la concepción.
Esl presente ensayo se conforma de tres apartados. El primero desarrolla los conceptos de representaciones y reflexiones, asociadas con las prácticas, de mujeres transexuales en la Ciudad de México. Tomo de Hegel el concepto de representación entendido como elaboración del pensamiento que recurre a elementos sensibles para su generalización. La reflexión es entendida como una actividad del pensamiento que busca la universalización de su contenido.
En las mujeres transexuales son frecuentes representaciones que aluden a la delicadeza y ternura femeninas, y el vínculo no explicitado con una esencia natural que otorgan las hormonas. Las reflexiones sobre lo femenino problematizan sus propias representaciones. Señalan que no encuentran o debieran encontrar diferencias en los espacios sociales que ocupan hombres y mujeres, de modo que desconocen un espacio tradicional asignado a ellas. Respecto a los elementos naturales, en las representaciones no hacen diferencias con las mujeres “biológicas” o incluso se consideran a sí mismas tales, pero en las reflexiones sobre su condición establecen dos ámbitos claramente diferenciadores y que son, precisamente, biológicos: la menstruación y la concepción.
Las mujeres transexuales incorporan elementos a lo femenino. Esto ha producido diferencias importantes con algunos movimientos feministas que han resistido su participación en encuentros, foros y espacios epistémicos y simbólicos por dudar, cuestionar o diferenciar a las mujeres “de nacimiento” de las que se “desplazan”. Los aportes no son considerados en términos valorativos, sino descriptivos.
Destaca la puesta en entredicho de una anatomía correspondiente con determinada identidad de género; la ampliación de los modelos humanos de lo femenino y lo masculino, el fortalecimiento de la hipótesis de que las matrices culturales, simbólicas y los significados, comandan en buena medida las relaciones de género y que las fantasías tienen una incidencia estructurante en las conformaciones generizantes.
El tema a debate radica en el uso, conceptual o no, de las categorías del ser. Lo que impulsa el movimiento transexualista en la individualidad (reconocimiento desde la infancia, socialización de su identidad, toma de medicamentos, operaciones, establecimiento de relaciones), en términos político-jurídicos y clínicos, es el reconocimiento, o no, de ser una mujer. Esa condición permite, justifica, alienta o legitima procesos de exclusión o inclusión. Tiene consecuencias fundamentales en interacciones sociales, simbolizaciones, subjetividades y derechos. Sin embargo, las representaciones que sobre el ser se hacen tienden a esencializar a hombres y a mujeres.
Al momento de reflexionar dichas esencias se percibe que son indefinibles. Se apela al ser en cierto momento para el pensamiento, pero el pensamiento mismo desintegra sus determinaciones.
Una (im)posible ontología del género es por lo tanto dual. Posible desde las prácticas sociales y las construcciones culturales que le posibilitan emerger. Imposible, cuando indagamos en las determinaciones que nos hacen ser. Esta condición no es privativa de las mujeres transexuales.
* El presente trabajo queda enmarcado en el trabajo de campo realizado de 2009 a 2014.
** Estudió Creación Literaria en la Escuela de Escritores de la SOGEM, las licenciaturas de Filosofía en la UNAM y Etnología en la ENAH, la maestría y el doctorado en Antropología Social en el CIESAS y actualmente la maestría en Psicoterapia Psicoanalítica en Centro Eleia. Se dedica a la literatura, la investigación y la docencia. Ha publicado textos de filosofía, antropología, teoría de género y poesía.
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