Itziar Tres Boria
Introducción
A través de este artículo deseo compartir una reflexión sobre las vicisitudes de la Educación desde un marco teórico como es el Psicoanálisis .
Probablemente, el motivo de esta introspección sea mi estrecha vinculación con la Educación y los interrogantes que esta labor me genera.
Entiendo la primera infancia, la latencia y la adolescencia
como estadios de organización, desorganización y reorganización. Donde el paso del Principio del Placer al Principio de Realidad, de la pulsión salvaje y descontrolada a la pulsión comedida e integrada.
Para que esto ocurra, es necesario de un otro que le proporcione límites que le contengan y gratificaciones o compensaciones que le permitan mantener vivo su deseo.
En este contexto de intersubjetividades me parece de suma importancia respetar los ritmos, intereses y necesidades de cada individuo. En definitiva, la singularidad y la propia historia.
"Sólo cuando mi mente se conmovió entera, cuando luchaba contra fuerzas oscuras, desenfrenadas, puede, sola en mi necesidad, sentir con temor que cada poeta canta únicamente su propia pena"
Ann Freud, 1918
Quizá por su controversia, o quizá por aquellas jornadas de Clínica Psicoanalítica donde el lema era «¿Educar, gobernar, psicoanalizar es posible?» Quizá por mi interacción con la Educación y el Psicoanálisis, desde el lugar de educadora y analista…