Por: Edgardo Riveros Aedo | Universidad Adolfo Ibáñez (Chile), Facultad de Psicología
Introducción
La psicoterapia en la práctica clínica es una aplicación del conocimiento científico, filosófico y una conjunción artística ya que lo que se acompaña es el drama humano. Se describe la dinámica de la simbolización y la sensación sentida como concepto clave del enfoque humanista de Lo Implícito y de la experienciación provenientes del pensamiento de Eugene Gendlin.
Conceptos claves: experienciación, autopropulsión, sensación sentida.
Antecedentes
La psicoterapia “científica” se inició con las primeras investigaciones realizadas en los años 40 en USA, cuando dos grandes investigadores intentaron, por diferentes líneas teóricas y bajo distintos paradigmas, usar el método científico para validar los hallazgos que ambos descubrieron en sus propias perspectivas terapéuticas: B. F. Skinner (1904-1990) y C. R. Rogers (1902-1987).
La Psicología científica comenzó en cambio casi un siglo antes con Wilhelm Wundt (1832-1920) quien sometió a investigación el fenómeno de la sensopercepción inaugurando el primer laboratorio experimental en Leipzig en el año 1879.
La psicoterapia como curación médico-espiritual por medio de la palabra comenzó en la Grecia de Hipócrates, y como una práctica de atención y consuelo al sufrimiento humano está presente en la Ilíada de Homero a través de la palabra mágica (epodée) (2).
La práctica de curación mágica de la palabra de enfermedades físicas y espirituales, no obstante, data de tiempos inmemorables que sugieren una práctica que comienza junto a nuestra evolución homínida en las conocidas forma de chamanismo.
Como ha sucedido con la mayoría de los quehaceres humanos, la utilización de la ciencia ha perfeccionado y tecnificado los dominios de dichos quehaceres.
El arte griego del teatro, por ejemplo, se concibió y perfeccionó gracias al conocimiento de la geometría, las matemáticas y la acústica del anfiteatro griego, una obra magistral de la arquitectura; la pintura del renacimiento sufrió un cambio rotundo propio del uso del empirismo científico como actitud en la mente renacentista, dado por el estudio de la anatomía humana.
Miguel Ángel estudiaba la anatomía en cadáveres humanos lo que ha permitido al mundo actual apreciar de la belleza del cuerpo humano en su David, o en el Moisés o en la Piedad.
Así como Gustav Flaubert estudió innumerables casos de muerte con cianuro para poder crear el suicido de su Madame Bovary. Esto no significa que los mencionados artistas hicieran ciencia en su quehacer, sino que siempre hicieron arte con una documentación adicional que provenía del conocimiento directo y empírico, con una cuota razonable y necesaria de conocimiento científico.

Por otro lado, Einstein creó su teoría de la relatividad después de quince años de pensar y repensar su genial interpretación subjetiva de la realidad física, su intuición le llevó todos esos años para conformar tu teoría no por una insuficiencia de conocimiento matemático o físico, sino porque más allá de los hallazgos gnósticos y científicos, su visión necesitó tiempo experiencial para construirse, necesitó esa intuición empaparse de música, de teología, de filosofía y arte.

Por otro lado, Einstein creó su teoría de la relatividad después de quince años de pensar y repensar su genial interpretación subjetiva de la realidad física, su intuición le llevó todos esos años para conformar tu teoría no por una insuficiencia de conocimiento matemático o físico, sino porque más allá de los hallazgos gnósticos y científicos, su visión necesitó tiempo experiencial para construirse, necesitó esa intuición empaparse de música, de teología, de filosofía y arte.
Arte y ciencia son quehaceres que se han potenciado gracias al genio de artistas y científicos. Ambos quehaceres, a pesar de ser tan diferentes en sus dominios particulares por el uso de un procedimiento propio de su quehacer respectivo (método científico o método subjetivo de observación), tienen un aspecto común: la intuición inicial y subjetiva para concebir la existencia de una relación entre dos fenómenos que en la realidad aparentemente no relacionados. Sólo después de concebir aquella intuición subjetiva, el artista y el científico toman caminos totalmente distintos de consecución y comprobación.