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Comorbilidad de TEA y TDAH: revisión sistemática de los avances en investigación

Jennifer Rico-Moreno y Raúl Tárraga-Mínguez

Introducción

En Mayo de 2013 se publicó el nuevo Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), APA (2013). Esta nueva publicación introduce cambios que afectan, entre otros, al criterio diagnóstico de los Trastornos del Espectro Autista (TEA) y el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Uno de los cambios más significativos y que finalmente ha sido tenido en cuenta en esta nueva versión es la eliminación del criterio de exclusión que impedía la posibilidad de diagnóstico comórbido de los TEA y TDAH.

El presente trabajo constituye una revisión de los principales trabajos que, antes de la publicación del DSM-5, ya contemplaban la comorbilidad de TEA y TDAH. Esta revisión pretende tratar de ayudar a comprender e interpretar mejor los motivos que han llevado los autores del DSM a admitir la presencia comórbida de ambos trastornos en un mismo sujeto.

Definición, prevalencia y diagnóstico del TEA y TDAH

El autismo es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por déficits en la comunicación, la interacción social y el lenguaje, y por la presencia de intereses restringidos y comportamientos estereotipados, cuyos síntomas pueden identificarse en edades muy tempranas (Gargaro, Rinehart, Bradshaw, Tonge y Sheppard, 2011; Wing, Gould y Gillberg, 2011). Se estima que este trastorno afecta al 1% de la población (Baio, 2012; Baron-Cohen et al., 2009), afectando más al género masculino que al femenino en una proporción 4:1 (Fombonne, 2003). Durante las últimas décadas se ha observado un aumento considerable de la prevalencia de este trastorno (Lin et al., 2011; Matson y Kozlowski, 2011).

Este aumento de la prevalencia puede estar explicado entre otros motivos, por los cambios en los conceptos y criterios de diagnóstico, los diversos métodos utilizados en los estudios, o la mayor disponibilidad de los servicios profesionales que contribuyen a una mejor identificación (Fombonne, 2005; Hsu, Chiang, Lin y Lin, 2012).

El TDAH es también un trastorno del neurodesarrollo caracterizado en este caso por las dificultades que experimentan los sujetos con la inatención, la hiperactividad y la impulsividad, las cuales interfieren en su funcionamiento diario. Diversas investigaciones han mostrado que no se trata de un trastorno que solo afecte en la niñez y la adolescencia, sino que frecuentemente muchos de sus síntomas siguen persistiendo durante la edad adulta (De Zwaan et al., 2012; Simon, Czobor y Bitter, 2013).

La prevalencia del trastorno es dispar en función de las características de la población estudiada y de la metodología y el criterio diagnóstico empleado (Cardo et al., 2011). La revisión sistemática llevada a cabo por Polanczyk, de Lima, Horta, Biederman y Rohde (2007), en la que se contemplaban estudios de prevalencia de todo el mundo, mostró una prevalencia media del 5.29%. Se ha observado una mayor prevalencia en el sexo masculino que en el femenino en una proporción 3:1 (Getahun et al., 2013) así como un aumento de la prevalencia del TDAH durante los últimos años (Getahun et al., 2013; Russell, Rodgers, Ukoumunne y Ford, 2014).

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